Malabares
Mequetréfes
Cociéndose sus sueños
en la hoguera.
Sueños al son de la queja
Un día,
jugando con los buitres
mirándolos a los ojos
esquivo
su carruaje
atraca la parca- dijeron entre graznidos
Funesto.
Sin memoria. Sin pan.
En claroscuro desarman el circo
Danzando sobre durmientes
a campo traviesa.
Cortando la noche,
parten los hombres
con fierros al hombro,
pisando cascotes
entre los árboles.
Negro el nuevo día
al compás
del metrónomo
que no es
brújula.
Es como un pergamino
antiquísimo
que marca una ruta que ya no existe
por la que se extravía el arlequín
entre bardas y matas
o el inconmensurable desierto.
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