miércoles, 15 de junio de 2011

Pescador I

Triste destino el del pescador.
No hay peces en su red,
ni carnada en sus anzuelos.
No barcos mas allá
Ni faro por la noche.

Hay niebla.

Y él
arma sus líneas
con un hilo de savia
languideciente,
mustio,
noche tras noche,
porque su mujer le trae
cada mañana
los últimos tallos
del jardín que se marchita.

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