sábado, 19 de noviembre de 2011

Huelga

La noche está en huelga,
los ríos están en huelga
Hoy nada florece
y los sentimientos no manan
El universo está de paro
y nada puede seguir siendo,
¿Por qué no somos conscientes?
¡también somos naturaleza!

sábado, 12 de noviembre de 2011

Altamar

Aquella noche, entre la ventisca, pude dar con tres marineros que bebían a raudales en una herrumbrosa posada.
- Son más de las doce- me dijo el ventero.
- Vengo a hablar con aquellos caballeros- le dije cortésmente, y señalé una mesa.
Me dirigí hacia el amplio salón, donde habría unas doce, tal vez quince, personas sentadas.
Una mujer se me quedó mirando. No me tomé la molestia siquiera de pensar si la conocía.
- Buenas noches.
- Gunnar... - se limitó a decir uno de ellos.
- ¿Le conozco?
Asintió con la cabeza y me invitó a sentarme.
El sujeto que se dirigió a mí era gordo, gigantezco, de cara rosada y pelo y barba blancas como la nieve.
Los otros dos lo miraban con temor y respeto, supuse que trabajarían para él.
- Cómo olvidarle... aquella noche en la densa niebla. Usted en el barco...
De repente su rostro adoptó un gesto severo; se quedó pensando un momento, con sus dedos mayor e índice sosteniéndole la frente.
- Usted no pertenece aquí.
- ¿Qué?
- Lo que oyó, Usted no pertenece aquí. Puede quedarse, si lo desea, aunque ninguno de los suyos lo haya soportado, podría Usted ser el primero, ¿por qué no?
Lanzó una risa horrible semejante al vómito. Pidió más ginebra.
Me hizo una seña para que me sentara. Bebí en silencio.
- Aquella noche usted no representaba en mí mas que la imagen de un molusco en la red, desposeído.
Para cuando la neblina nos cegó yo me disponía a dormir. Sentí el sacudón en la proa. Bien sabemos todos que el Galante no es un navío en el que algo así puede pasar desapercibido. Salí del camarote apoyándome en las paredes, dando pasos ciegos e imaginándonos a merced de algo poco común, de otro orden quizá, como esas historias que contaban los viejos marinos. ¡Valgame Dios! Ante mis ojos una escena que no hubiera escogido presenciar nunca. El mar en llamas, llamas amarillas, inflamadas, podridas, ¡malditas llamas! Aquello era como el mar del infierno. Recuerdo a alguien de mi tripulación balbucear algo ininteligible y acto seguido saltar por la borda y perderse para siempre. En esos momentos de estupor, también lo recuerdo a usted, maniatado, mirando cómo llegaba nuestro fin. De pronto la madera crujió y fui derribado y cortado por una escama, una escama gigante. Luego, con el agua tragándonos, el fuego, la niebla, la tripulación desesperada, la noche y el infierno esperándonos, el ojo del pez; un ojo bruto en medio de la noche. Llovían coletazos que cortaban la madera como sierras, filo mortífero que desmembró al menos a tres marinos. Volví mi vista hacia usted, otra vez; seguía atado al mástil. Sudaba como si ardiera de fiebre. Corté los nudos con una daga turca que encotré allí en el piso. Comenzó entonces un ruido insoportable, un sonido agudo que pinchaba nuestros tímpanos como si metiéramos un alfiler en los oídos. Caímos desfallecidos, una última mirada, usted y yo, antes de perder la conciencia, sudados, envueltos en una cobija roja, la madera todavía crujiendo, la almohada en el piso.


viernes, 23 de septiembre de 2011

Vistas I


-“Los inquilinos son seres de luz”
Me contó una vez José.

Él puede verlos de verdad,
como las esferas luminosas que son.
“Basta un simple vistazo para saber si están felices,
angustiados,
tristes
o excitados”, dice.

Formalmente,
alterna mate
con quehaceres de encargado,
pero lo más importante
es su rol es metafísico.


El problema radica en que los inquilinos no lo saben
No saben que son portadores de luz
Se sienten ordinarios, desgastados
grises, confinados.
Creyéndose oscuros se pierden
en planteos intrascendentes,
problemas invisibles,
malezas de antaño,
y su identidad se va, con su luz,
se la lleva el viento que descarga la lluvia,
o queda impregnada en las paredes
flotando en el aire
que vicia la sala.

Contemplé la flor,
sorbí la savia
Transplanté los geranios a una maceta.
Sentí en ése mismo instante
el aullido
de un alma en pena,
algo así como el sol
naufragando en el horizonte

José, todas las mañanas
riega la vereda
con baldazos de oprobio
que el edificio exuda.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Movimiento pictórico

“El carnaval del Arlequín” siempre le llamó la atención.
El pequeño Juan miró cómo zafaba el clavo que mantenía amurado el cuadro a la pared, más sus ojos atónitos no daban crédito al espectáculo fortuito que lo tenía como único espectador.
La obra rebotó contra el suelo haciendo un Brisé Volé, seguido de un Frappe elegantísimo de atrás hacia adelante, para terminar, bambol
eante, contra el tintero.
La habitación quedó a oscuras y el niño se fue a dormir.






jueves, 1 de septiembre de 2011

Buscador

De tanto cavar
te salieron callos
ampollas de barro
redobles de tambor en los oídos
y un planeta todo de agua.

De tanto empuñar el arma
te juzgaron insensible.
No sabían que ésa arma
era la flor.

Creyéndote viento
desordenaste tus moléculas:
nunca fuiste muy mundano;
y aunque mañana te vieran
en el fondo de tu casa
apilando partículas subatómicas,
la excepción no hace a la regla.

martes, 23 de agosto de 2011

Atraca la Parca

Malabares
Mequetréfes
Cociéndose sus sueños
en la hoguera.
Sueños al son de la queja

Un día,
jugando con los buitres
mirándolos a los ojos
esquivo
su carruaje
atraca la parca- dijeron entre graznidos
Funesto.
Sin memoria. Sin pan.

En claroscuro desarman el circo
Danzando sobre durmientes
a campo traviesa.
Cortando la noche,
parten los hombres
con fierros al hombro,
pisando cascotes
entre los árboles.
Negro el nuevo día
al compás
del metrónomo
que no es
brújula.
Es como un pergamino
antiquísimo
que marca una ruta que ya no existe
por la que se extravía el arlequín
entre bardas y matas
o el inconmensurable desierto.



sábado, 20 de agosto de 2011

Pescador II

- ¡Humilde pescador, que utilizas tres anzuelos y ninguna carnada! ¿Por qué sigues intentandolo?

- Porque todos los días sale el sol.

- No te comprendo.

- Todas las noches, salvo raras excepciones, me visita la luna.

El merodeador, perplejo, siguió su curso.
El hombre de mar sintió el tirón en su caña y comenzó la escena.

martes, 21 de junio de 2011

Mar

Aquellos
son barcos
que navegan por los hielos
en aguas destripadas
Son navíos ciegos
que surcan las visceras,
y en la orilla
miran como faros
los ojos de las bestias.


miércoles, 15 de junio de 2011

Pescador I

Triste destino el del pescador.
No hay peces en su red,
ni carnada en sus anzuelos.
No barcos mas allá
Ni faro por la noche.

Hay niebla.

Y él
arma sus líneas
con un hilo de savia
languideciente,
mustio,
noche tras noche,
porque su mujer le trae
cada mañana
los últimos tallos
del jardín que se marchita.

Fueron caballos
los que débilmente hablaban
Fueron caballos
aquella tarde en el rojo prado

¿Serían caballos, serpenteando en mi mente?

Los jinetes rara vez escriben.


viernes, 1 de abril de 2011

Si leyendo luces nocturnas no caigo en desvelo,
quiero leer la luna
cada hoja
y escribir
los versos del poeta
en las noches azules,
calmas:
"fogata en el bosque mientras las flores duermen
aire invade de pensamientos al cosmos
Inmensidad inabarcable
la angustia soportable
y los destellos de luz
que aún
no han
despertado



miércoles, 19 de enero de 2011

Tributo

Camino
por el surco
de los pequeños canales
de riego
entre el maíz
Cantando
¡Tarareando!
Una melodía
de un blusero
no me acuerdo el nombre.

Así somos las gentes
Soñadoras
Saltarinas
y un poco
olvidadizas.



Yo despego, una a una, las gotas de sol de la ventana.
-Sonrió-
Me amarillean la mañana.

viernes, 7 de enero de 2011

Renuncia



Quiero ser ínfimamente pequeño para que ese yuyito de la vereda sea mi mundo y mi bosque.

jueves, 6 de enero de 2011

and the circus leaves town

Hoy me levanté
tempranito
a abrir los ventanales del cosmos.
Me traspasó una ráfaga
de luz


Afuera están los escenógrafos preparando el decorado del día

Y estamos los actores, saliendo de casa, cada uno a su teatro

Anoche Bakunin me dijo:
Che flaquito!
va a venir
una tormenta
solar
que nos va a dejar vivos
pero que va a derretir
las máscaras
y los guiones
y las ficciones