Le encomendaron cuidar los nidos de las aves. Se sintió rey sobre cualquier placero ordinario.
Cada vez que veo un pequeño huevo roto en el suelo lo recuerdo, y puedo deducir que era humano: o bien falleció o le urge ir al baño.
martes, 9 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario