martes, 19 de octubre de 2010

El primer croto

Alejandro Magno y Diógenes "el perro"

Al oír hablar sobre Diógenes, Alejandro Magno quiso conocerlo. Así que un día en que el filósofo estaba acostado tomando el sol, Alejandro se paró ante él.

Diógenes se percató también de la presencia de aquel joven espléndido. Levantó la mano como comprobando que, efectivamente, el sol ya no se proyectaba sobre su cuerpo. Apartó la mano que se encontraba entre su rostro y el del extraño y se quedó mirándolo.
El joven se dio cuenta de que era su turno de hablar y pronunció:

- "Mi nombre es Alejandro El Grande”. Pronunció esto último poniendo cierto énfasis enaltecedor que   parecía más bien aprendido.

- "Yo soy Diógenes el perro”

Hay quienes dicen que retó a Alejandro Magno con esta frase, pero es cierto también que en Corinto era conocido como Diógenes el perro. Alejandro Magno era conocido en la polis así como en toda la Magna Grecia.
A Diógenes no parecía importarle quien era, o quizá no lo sabía.
El emperador recuperó el turno:

- "He oído de ti Diógenes, de quienes te llaman perro y de quienes te llaman sabio. Me place que sepas que me encuentro entre los últimos y, aunque no comprenda del todo tu actitud hacia la vida, tu rechazo del hombre virtuoso, del hombre político, tengo que confesar que tu discurso me fascina".

Diógenes parecía no poner atención en lo que su interlocutor le comunicaba. Más bien comenzaba a mostrarse inquieto. Sus manos buscaban el sol que se colaba por el contorno de la figura de Alejandro Magno y cuando su mano entraba en contacto con el cálido fluir, se quedaba mirándola encantado.

- “Quería demostrarte mi admiración", dijo el emperador. Y continuó: "Pídeme lo que tú quieras. Puedo darte cualquier cosa que desees, incluso aquellas que los hombre más ricos de Atenas no se atreverían ni a soñar".

- “Por supuesto. No seré yo quien te impida demostrar tu afecto hacia mí. Querría pedirte que te apartes del sol. Que sus rayos me toquen es, ahora mismo, mi más grande deseo. No tengo ninguna otra necesidad y también es cierto que solo tú puedes darme esa satisfacción”

Mas tarde Alejandro comentó a sus generales: "Si no fuera Alejandro, me hubiera gustado ser Diógenes."

viernes, 8 de octubre de 2010

Cielo



Cuando era pequeño quería vivir entre los jíbaros, desconocer la propiedad privada e idolatrar a algún ave de acero que surcara los cielos amazónicos.
Expropiada mi inocencia, amurado a esta jungla de concreto, convivo diariamente con caníbales voraces que tienen hambre de alma.
Por ello me resulta indispensable soñarme niño, abstraerme unos minutos, permitirle al tibio sol primaveral anidar en mi pelo. Después de todo, ¿quién podría discutirme que la paleta que utilizó Van Gogh para sus Girasoles no tenía óleos sino savia de jirafas?

miércoles, 6 de octubre de 2010

Fernando

¡Ah, ese frescor en la cara de no cumplir un deber!

Faltar es, positivamente, estar en el campo.
¡Qué refugio, que no se pueda tener confianza en uno!
Respiro mejor ahora que ha pasado la hora de las citas.
Falté a todas, con deliberación en el descuido,
esperando esa gana de ir que ya sabía yo que no vendría.
Soy libre frente a la sociedad organizada y vestida.
Estoy desnudo, y me zambullo en el agua de mi imaginación.
Es tarde para estar en cualquiera de los dos puntos
donde debía estar a la misma hora,
deliberadamente a la misma hora…
Pues bien, aquí me quedaré soñando versos y sonriendo en cursiva.
¡Es tan graciosa esta parte lateral de la vida!
No consigo siquiera encender el cigarrillo siguiente
Si es un gesto, que quede con los otros
que me esperan en este desencuentro
 que es la vida.


                                                                        
Fernando Pessoa  (1888 - 1935)

martes, 5 de octubre de 2010

Flame still burns

Un hombre aguarda
mecido por el viento
en la esquina

La luna dibuja
un anillo gigante
que baña la noche

Sueña despierto
con su bolso en mano,
pide pájaros
que están en el campo.

Busca luciérnagas,
ya en pleno viaje.

Todos duermen...
sus pies reposan
se mezclan sus pensamientos.

Formaciones:
constelaciones oníricas placenteras
destellos de ayer
color amarillo ocre
cálidos, suaves y cobijantes
como sol de primavera.

Olor a memoria

Cielos despejados
ganas de fumar
Contemplación

Mirando a través de la ventanilla
se siente una espiga de trigo

Acomoda sus ideas
se siente parte del misterio
de una luz que divisa
muy allá a lo lejos.