jueves, 30 de septiembre de 2010

Sentires

Hastío ven a mí
como viento huracanado,
como nadar río arriba.
Inevitable
Melancólico
Desmoronado.
Profundo como el mar
Efímero como leño en el fuego.
Hoy te espero derrotado
En la vigilia te siento llegar
Los atardeceres que vendrán, en mi imaginario,
se tiñen de gris, hoy...

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Electrones

Me es indispensable esquivar la basura.
La gente arroja indiscriminadamente su miseria adonde sea, no sabe qué hacer con ella. Con años de práctica, uno adquiere una habilidad comparable al gol de Diego a los ingleses.
Hay días en los que me siento como una cuenta bancaria, llena de pesos (pesados), toneladas de basura propia y ajena; como encerrado en un pequeño depósito pestilente: tóxico e inevitable .
Lanza certera en el medio del pecho, en esos días no se puede gambetear.
Surfeando en un mar de petróleo, denso, espeso, opaco; en un sálvese-quien-pueda, donde la ignorancia es ley primera, y el canibalismo espiritual voraz, me detengo en el puerto, desde donde puedo contemplar, depurar, purificar.
El rojo anaranjado del atardecer pintando al mar. Un barco anclado me llena de historias. El aire puro ingresa a mis pulmones y lo siento vida. Las cartas enviadas. El cielo azul observado en soledad, con la complicidad de mi espíritu. La fragancia de una flor. La satisfacción de la tarea realizada. La oración en silencio. La murmuración de dos hombres, en un descampado, a kilómetros de aquí. El viento hamacando las ramas de un árbol del parque. El olor a tierra mojada, bajo un cielo gris, que vaticina la lluvia.
El recuerdo invernal (infernal) del averno, sólo por su calor.
Un sembrado de girasoles que embriaga los ojos del que sueña.
Por ello, hoy elijo sentarme tranquilo conmigo mismo, soñar despierto: ser un colibrí, un ruiseñor construyendo su nido, un helecho al fondo de un frondoso jardín. Ajeno a las trivialidades.