martes, 20 de julio de 2010

Eclipse II



Hoy me levanté, y vi en la cocina media docena de platos rotos y un corazón deshecho.
Tomé la escoba y barrí la mugre.
Al salir a la calle me cantaban seis ruiseñores en clave de sol.
Al final de la cuadra, una mujer lloraba; sequé sus lágrimas y las guardé.
Mi alma vacía como el colectivo al que subí, y en la calle, rostros ausentes que no miraban a ningún lado.
Finalizando la jornada, la llama parece apagada.
Hoy también es bestia mi recuerdo de la humanidad...

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