miércoles, 28 de julio de 2010





Entre dias y noches y tardes y mañanas

Y abejorros y aguijones y pelos y cerebro
Momentos y fracciones en que el tiempo se licúa
Nos damos vuelta y nos caemos del planeta
Hacia nebulosas y astros:




“Vuelve el criminal
 Retratado, inmortalizado
 Se escuchan las voces de los siglos de las almas de los pueblos
 Despegan los árboles
 Yacen los ríos
 Se retuerce la tierra sangrando partículas”




“Vuelve el ejército por refuerzos
 Por las rectas y los ángulos
 Cae un gran rayo azul
 Diez millones de cráteres

 Desolados!


 Y sus rostros…”


Y en el día, y en el día…
Mueren los hombres, impotentes, dolidos

miércoles, 21 de julio de 2010

Free



El tiempo es arena que vuela de un desierto a otro
Y se consume como un cigarrillo
Como una canción
Como un planeta...

martes, 20 de julio de 2010

Manuscrito hallado en un bote


"¿Es esto una isla o el infierno mismo?" preguntó Joseph Conrad.
  Sólo las olas rompían el silencio.
  Ninguno se puso de pie.
  La noche terminó.
  Las tinieblas avanzaron...

Eclipse II



Hoy me levanté, y vi en la cocina media docena de platos rotos y un corazón deshecho.
Tomé la escoba y barrí la mugre.
Al salir a la calle me cantaban seis ruiseñores en clave de sol.
Al final de la cuadra, una mujer lloraba; sequé sus lágrimas y las guardé.
Mi alma vacía como el colectivo al que subí, y en la calle, rostros ausentes que no miraban a ningún lado.
Finalizando la jornada, la llama parece apagada.
Hoy también es bestia mi recuerdo de la humanidad...

lunes, 19 de julio de 2010




Después de un mes, todos parecen felices...
Ríen y juegan, más no piensan.
El júbilo los desbordó, y los escoltó en fila india hacia el acantilado.
¡Pobres de corazón!
Confían sus almas a un simple pastor lastimado,
que guarda sus penas en el baúl de su armario.

viernes, 2 de julio de 2010

Dos Mundos

¿Cómo definir locura?; ¿cómo establecer un punto medio entre sensatez y delirio?


Creo estar surcando los mares del desasosiego, a merced de la tempestad, en el ojo de la tormenta; pareciera divisarse una luz en el horizonte, como una lámpara incandescente, que se desdibuja entre medio de las olas que rompen en mi cara...


Quietud... silencio, destellos de no se qué en el aire.


Me despierto. Estoy postrado sobre un prisma que emana fluidos multicolores, que bañan mi cuerpo. Busco la llama, pero no consigo ver más que destellos.


El Norte.



En algún otro lugar, un hombre escribe; a su alrededor, gentes de frac yendo y viniendo con cosas importantes en mente, parecen no percibir su presencia, de pronto alguien saluda;


Hola! y sigue su camino.


Es como un hormiguero en el cual cada hormiguita cumple su función, salvo porque no existen, que yo sepa, las hormiguitas con aire de grandeza.


El hombre escribe por necesidad, como antes necesitaba pintar, evocar a ese Renoir del que conserva un pedacito en su alma; y vive entre dos mundos, repartiéndose sus días entre ellos, eligiendo en cual vivir, forzado o no, pero eso si, con pasión, entregándolo todo, viviendo al limite.


Estoy en la frontera nuevamente, desde allí puedo ver todo difuso, algo me desgarra, me abre el pecho y me saca las entrañas, varias maquinas hidráulicas me colocan entre sus mecanismos, me comprimen, me descomprimen, comprimen, descomprimen y así sucesivamente, hasta quedar reducido a polvo de estrellas...


El hombre se retira de su trabajo, una indisposición, partirá hacia su casa para ese reconfortante baño caliente que alivia las tensiones del día. No pudo encontrar la llama que tanto buscaba, no la encontró porque ESTABA ENCENDIDA DENTRO DE ÉL.


Octubre de 2004